EL CAMINO DE CRISCA Y LUISBA

martes, 19 de febrero de 2008

HIDROBOY



Hidroboy, siempre en la piscina, es el mejor siempre en bañador... Y yo sentado en mi toalla, el libro y el bronceador, mis walkman con dinarama, sonrisa y gafas de sol.

Esta canción resume casi al pie de la letra mi estancia en Puerto Escondido. Voy a cambiar algunas palabras para que sea aún más exacta:

Hidroboy, siempre en la playita, es el mejor siempre en bañador... Y yo tumbado en mi hamaca, la guía y el aftersun, mi ipod con pegamoides, sonrisa y gafas de pasta.

Este es mi resumen de los días en Puerto Escondido, estaba lleno de hidroboys e hidrogirls que se pasaban el día en el agua con su tabla de surf y simpre, absolutamente siempre, sea mañana , tarde o noche, iban en bañador. Mientras tanto, yo, siguiendo las recomendaciones de mi guia de viaje (habria que estar un poco loco para meterse donde el agua llega más allá de las rodillas sin tabla) no me metí más allá de mis tobillos ya que las aguas eran muy pelogrosas. Después, cuando no metía mis feos pies en el agua, estaba en mi hamaca o en mi toalla, con mis gafas de pasta, disfrutando del descanso en Puerto Escondido, escuchando a Alaska y Pegamoides (mil veces mejor que Alaska y Dinarama) y poniendome aftersun en mi quemada nariz mientras leía la guía para preparar mi próxima parada en San Cristobal de las Casas.

Puerto Escondido1 - México

Hablado de casas, mejor dicho de cabañas, esta vez no estuve solo en el hostal, nisiquiera estuve en un hostal, estuve en Cabañas Edda. Me quedé en una cabañita por menos de 4 euros. La cabaña es muy sencilla, dos camas, mosquitera, una mesa y una hamaca fuera.



La verdad es que aunque parece cutre, a mi me gustó mucho y tuve la oportunidad de conocer a gente, pero el tiempo manda y me marché el sábado por la noche hacia San Cristobal de las Casas (Chiapas). Lo peor de irme de allí fueron los 25 minutos de dura y empinada expedición hasta la terminal de autobuses por no querer pagar un taxi. Gracias a ello, perdí unos cuantos kilos, empapé toda mi ropa de sudor que tuvo que sufrir acompañante en el autobús, me bebí un litro y medio de agua y me hice bastante daño en el hombro izquierdo y cuello. Todo culpa de la mochila que pesa como un muerto. Hoy aún no estoy totalmente reestablecido, me duele aún un poco el cuello y los pantalones se me caen. Afortunadamente ya me he cambiado de ropa.

Mis aventuras en San Cristobal, donde he hecho más amigos y donde estoy en un supermegahostal, en el próximo episodio del Camino de Luisba.

Que comste que esta entrada ha sido escrita con un teclado con las letras borradas. Parecía imposible.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Efectivamente, Alaska y los Pegamoides mucho mejor que Alaska y Dinarama...

Veo que todo va bien. Estamos en contacto.

FeLnando

Anónimo dijo...

Otra persona que aprecia la buena música.

Viva FeLnando!!

Anónimo dijo...

Otra persona que aprecia la buena música.

Viva FeLnando!!